ANA LUJAMBIO
La primera vez que oí hablar sobre el Yoga recuerdo que el concepto no me quedó nada claro, pero también recuerdo que fue algo que me llamó muchísimo la atención y se quedó guardado en mi mente como algo pendiente. Fue en el 2012 cuando me decidí, por fin, a probar y, hoy en día, se ha convertido en una de mis pasiones. Comencé practicando un yoga suave, poco postural y muy meditativo que me llevó a descubrir todo un mundo dentro de mí. Sin embargo, mi carácter inquieto y mi "juventud" me llevaron a buscar un yoga diferente. Tras varias intentonas y pruebas en diferentes escuelas, fue mi profesora de canto (otra de mis pasiones, la música) la que me habló de Itziar y que podía ser lo que buscaba. Y así es como conocí a mi mentora y amiga, quien me descubrió un estilo de yoga más dinámico, más potente, más físico, más fluido, pero no menos meditativo.
Desde que practico yoga, me he dado cuenta de que soy capaz de más de lo que creía, tanto a nivel mental como físico. Me ayuda a observar con mayor perspectiva, a poner mayor intención en mis objetivos, a ser más paciente y a ser mejor persona conmigo misma y con los demás. Es por eso que, en 2016, decidí que además de practicarlo, me gustaría también transmitirlo. Para ello comencé a formarme como profesora e Itziar me dio la oportunidad de comenzar mi andadura en Yoga Shala Donostia, donde me siento como en casa. Para mí, es un placer poder compartir contigo lo que el yoga me aporta día a día y acompañarte en el camino.